martes, 7 de febrero de 2012

Una visita a Moscú y San Petersburgo

El exótico viaje a Rusia sigue siendo hoy una aventura para muchos residentes de tierras lejanas. Para nosotros, visitantes de latinoamérica comprende una experiencia cultural, gastronómica y vivencial nueva en muchos sentidos y aún así nos brinda gratas sorpresas que nos deja ver que al final no somos tan distintos unos de otros.

La barrera del idioma siempre está allí y aunque la visita la programamos con una agencia muy seria que nos ofreció guías bilingues en todos los trayectos, cada vez que nos ofrecían "Tiempo libre para actividades" nos encontrabamos con la dificultad de comunicarnos con los ciudadanos del común, leer las señales de tránsito, pedir comida en un restaurante o entender en que línea y estación del metro nos encontrabamos...

En todo caso es una experiencia que vale la pena vivir... Eso si, preferiblemente en verano, para poder disfrutar más a fondo las bellezas de las ciudades, conocer los sitios de interés y tener mucho más tiempo para visitar los alrededores. En invierno si que es una experiencia extrema y aunque para un latino el invierno Ruso puede ser una novedad (frio extremo, nieve cubriendo los carros y las vias, hielo en los techos de casas y edificios), no es muy práctico para un viaje de turismo primero por el exceso de ropa que se necesita para poder vestirse y salir a las gélidas temperaturas (con las limitaciones de hoy en dia en las aerolíneas se vuelve además muy costoso) y adicionalmente, porque los guías bilingues tienen su temprada de visitantes de Mayo a Octubre. El resto del año, los sitios de interes son atendidos por los guías locales y no todos ellos son bilingues, asi que habría que practicar el Ruso u optar por un buen Libro guía para leer mientras se hacen las visitas!

La primera gran sorpresa fue al llegar al aeropuerto de Moscú y ser recibidos por los agentes de inmigración con una sonrisa y algunas palabras en español! Luego de tantos tránsitos por aeropuertos de Estados Unidos en los que el miedo impera y nadie de inmigración o de seguridad te habla en español (aunque sean latinos que viven allá y que hablan español) es una grata sorpresa que al otro lado del mundo te den esta calida bienvenida.

Luego el caos del tráfico en las calles... nada que envidiar al caos vehicular de nuestras ciudades como México, Sao Paulo o Bogotá... eso si, además con "permiso" para estacionar tu carro donde se te antoje junto a las autopistas y sobre cualquier anden, hacer cruces de lo más inverosímiles.... en fin, solo con el traslado del aeropuerto al hotel te das cuenta que esta es una Europa diferente a la conocida rigidez de los Alemanes o los Nordicos o la seriedad y respeto de los Franceses y Belgas. El sentimiento en Rusia es mucho más "Latino" en su desorden (te sientes un poco mas en casa) y luego al ver las caras ves que en la mezcla de razas ya no hay solo los rubios arios altos y de ojos claros sino que hay gente de cabello y piel oscura y que incluso podrias pasar por un Ruso más al caminar por las calles (siempre y cuando no tengas que hablar claro!).

La ciudad de Moscú, grande e imponente resultó ser además tremendamente segura (al menos en la zona centrica donde usualemnte nos movemos los turistas). El transporte público es muy bueno (metro y buses) pero el tema de los taxis si logró complicarnos un poco pues es difícil encontrar taxis regulares en la calle y en cambio los particulares te ofrecen el servicio (en especial luego de caer el sol), pero antes de tomar uno debes negociar con ellos la tarifa (y aqui de nuevo el idioma dificulta el proceso).

Los sitios clasicos de visitar ("Turist Traps") siguen siendo los usuales... La Plaza Roja, El Kremlim, La tumba de Lenin, La catedral de San Basilio, Los Rascacielos de Stalin, El Circo de Moscú (que gusto ver el de verdad luego de tantos años viendo copias de mala o regular calidad en mi país), el tour por el rio Volga... pero igual vale la pena visitar otros sitios como el cementerio o las estaciones del metro de Moscu que son todo un Museo subterráneo y facilmente están entre las más bellas del mundo... incluso algunos supermercados instalados en antiguos palacios de la época de los Zares son sitios que valen la pena conocer. El simple hecho de caminar por las calles y ver la arquitectura de la ciudad es una gran experiencia.

La comida, bueno, esa es otra historia... de nuevo podrás encontrar cosas muy "exoticas" de la gastronomía local (platos con carne de Pato, Alce, Reno), grandes restaurantes de comida internacional (Italiana, Mexicana, Asiatica) o sitios tan usuales como MacDonalds o Starbucks café; pero si quieres conocer el día a día puedes preguntar por los Casinos en donde los ciudadanos del común van a almorzar... y en estos últimos te sorprenderás pues dademás de la limpieza y orden, verás que su comida no es tan distinta de la nuestra... un al muerzo común tenía: Sopa, Arroz blanco, un principio con verduras o granos (alverjas, habichuelas, lentejas, garbanzos) ensalada fresca y una carne (blanca o roja). Y para completar un jugo de limón o Manzana, un café o un té... o incluso una "Bebida exótica de malta" simlar a la cerveza oscura pero dulce (facilmente comparable con una Pony Malta Colombiana o Maltín Polar Venezolano).

El viaje en tren de Moscú a San Petersburgo es otra experiencia que vale la pena... lo tomas en Moscú a la media noche y llegas a las 7 de la mañana a San Petersburgo (bueno, para hacerlo conveniente, pues hay trenes cada hora entre las dos ciudades).

Ya en San Petersburgo te sorprende la belleza de la ciudad de los Zares. Construida copiando lo mejor de la arquitectura de Paris, Roma y Venecia, te encontrás con maravillosas vistas junto al rio, disfrutando de las caminatas por sus puentes que cruzan de una isla a otra y de los cafés, los parques y la sensación de tranquilidad de una ciudad un poco mas pequeña que Moscú pero igual muy cosmopolita.

De nuevo están los sitios usuales para los turistas (que definitivamente valen la pena visitar) pero tambien están los mercados populares que puedes visitar y disfrutar "negociando" por medio de señas y dibujos para lograr entenderte con los vendedores... o una visita a un típico Sauna Ruso que también es toda una experiencia extrema por lo alto de la temperatura en el sauna y lo frio de las piscinas para "refrescarte" (Helada o congelada con hielo flotando y todo!).  Que tal una visita a la casa del Señor Stroganoff (hoy museo), que siendo un acaudalado ciudadano de la ciudad en el siglo 19, quien perdió su dentadura y para poder disfrutar de la carne pidió a su chef que inventara un plato de carne que él (sin dientes) pudiera comer... de allí la deliciosa Carne Stroganoff que se conoce en todo el mundo, famosa por el rico y acudalado mueco, y no por su real inventor, en el olvido.

En todo el proceso de visitas, traslados y demás, pudimos también conversar con los guías y conocer un poco más de su visión del país y de los cambios que han vivido en los últimos años. Toda una mezcla de viviencias del antiguo régimen comunista (que aun hoy se mantienen) con muestras de el más extremo capitalismo que cada vez se difunde más en este gran país que es Rusia. Una gente amable y dispuesta a contar un poco de su país y de su cultura, y con deseos de conocer de la cultura de quienes los visitan.

En fin... una visita a dos de las ciudades tipicas de Rusas bien vale la pena... Es un viaje que siempre recordarás, no solo por toda la historia de Zares, Zarinas, guerras, revoluciones conflictos y demás sino por una vivencia actual muy real y muestra de lo que es hoy nuestro mundo.

Así que a disfrutar Rusia...